Un hombre ocioso jamás se convertirá en mago
Un hombre ocioso jamás se convertirá en mago. La magia es un ejercicio de todas las horas y todos los momentos.
Quien realiza grandes obras debe ser dueño absoluto de sí mismo; debe saber reprimir las tentaciones del placer, el apetito y el sueño; debe ser insensible al éxito y a la indignidad.
Su vida debe ser la de una voluntad dirigida por un solo pensamiento y servida por la Naturaleza entera, la cual habrá sometido a la mente en sus propios órganos y por la simpatía en todas las fuerzas universales que son sus correspondientes.
— Eliphas Levi: Magia Trascendental: Su Doctrina y Ritual
Arte: Eliphas Lévi, Las clavículas de Salomón, c. 1860



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